Hay bunkers desparramados por toda la ciudad.
Eso es un hecho. Los hay de todo tipo y tamaño, y para todos los gustos. La
invitación está extendida para quien quiera aventurarse y descubrirlos,
encontrar el que mejor le cuadre y hacer de ellos consuelos para el día en que no quiera estar vivo.
Hay uno, por ejemplo, que vive al lado de algo
tan ilógico y ridículo como un zoológico. Adopta la forma de un teatro, y tiene
por nombre “Sarmiento”. Allí habitará esta semana por última vez la obra “El estadio de arena”, escrita y dirigida por Patricio Abadi. La escenografía le
hace los honores correspondientes al título, y cubriendo el piso de arena se
disfraza de playa de veraneo, de un Uruguay costero que está lejísimos de la frialdad
de ese otro balneario donde ganan la pose y la ostentación.
En clave de fútbol, el conflicto entre estos
dos hermanos se plantea desde el inicio con una sencillez que conmueve.
Conmueve porque el guión, sin pretensiones, discurre en un texto que aunque plagado
de metáforas futboleras, no descuida los silencios. Pequeños gestos de fraternidad,
esos abrazos que quisiéramos dar pero siempre se quedan al borde, las cosas que
no dijimos y que ya es tarde, aunque el tiempo no exista, la mujer amada en
tela de juicio, la sangre que tira con fuerza, y el último deseo de papá: que
sus cenizas sean arrojadas al mar.
Con actuaciones muy bien logradas, el recorrido
de la infancia a la adultez, el recuerdo falaz del primer amor y la competencia
inevitable y absurda que convierte a los niños en hombres, los personajes
apelan al auditorio de una manera mansa pero efectiva. Una obra de poética de
cancha que toca de cerca, y deja la pelota picando en la cancha de la memoria.
Porque de la infancia y sus vaivenes nadie está exento.
"El estadio de arena", autoría y dirección: Patricio Abadi
Jueves 07 a Sábado 09 de Agosto - 21:00 hs - Domingo 10 de Agosto - 20:00 hs
Teatro Sarmiento, Av. Sarmiento 2715
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