Los opuestos se atraen. En este caso, una
pequeña omisión de palabra y la fecha compartida por Tomás Amante y Francisca & Los Exploradores el pasado domingo en Vuela el Pez puede definirse: los
opuestos, atraen. Desde esquinas diametralmente enfrentadas, ambos músicos
abrieron su abanico de canciones y nos ayudaron a combatir el bajón del último
tramo del fin de semana. En una noche de luna amarilla y redondísima, en la
calidez de una primavera que no llegó, Tomás y Fran Saglietti se plantan delante
de las luces del escenario de este club de arte, y lo dan todo, cada cual a su
manera.
Tomás primero. Con un cover de “Dame un
talismán” como primer paraje, monta un paisaje donde la profundidad de su voz es
el faro y las seis cuerdas de su guitarra, el cielo y todas sus estrellas. Recorre
los temas editados en su primer disco solista, “El hueco”, presenta algunos inéditos pero siempre naufragando en
esa candidez irremediablemente atractiva que es la paleta multicolor de su voz.
La poesía escondida en los versos, una guitarra rasgada con la energía de lo
verdadero y ritmos que llegan como el oleaje de un mar revuelto, pero incesante
y eterno. El silencio en el lugar es absoluto. Amante cautivó como lo hacen los
brujos. El final se precipita y es sin anestesia. Ayudame a irme, limpiá la casa, que sólo hace falta…
Turno de Francisca, en un plan más
experimental. Es el mismo escenario, pero hay más cuerpo, más movimiento, más
paseo escénico. La estrella en este caso es el sinte/sampler/mixer, que lo
tiene completamente embobado de amor, y de música y de ganas de apretar todas
las perillitas e ir probando. La guitarra, un complemento en esta oportunidad.
Algunos románticos la aclaman, y sentado al borde del escenario toca tres al
hilo, “Hombre”, “Virgen”, “Contrainidiaciones del pensamiento”. Pero está
inquieto, algunos ruidos estallan, tiene ganas de jugar: “los domingos hago stand-up también”. Se repite cover, pero esta vez
es una de Los Espíritus, “Las sirenas”. “El día de la lenteja”, y la despedida
pegadito al sinte. Algunos sonidos nuevos quedan rebotando, y una frase que
vive en “Barbuda”: decile no al
enrosque, deja que el aire lleve su voz
hacia otra parte inmune al boicot.
Fecha yin-yang, el orden y el caos, lo blanco y
lo negro, cercano y lejos. Sobre el final de la semana, que es
también principio, ahí donde converge, se dio este equilibrio. SALUD!
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