“¿Qué haría yo sin lo absurdo y lo fugaz?”
F.K.
Ebba canta canciones en sueco, y aclara: “si nadie entiende nada, es porque no se
entiende nada”. Y ríe de la misma manera en la que se ríen los árboles en
todo el mundo. La naturaleza universal de la alegría. La madera de su guitarra
es tan cálida como el modo en que se sonrojan sus mejillas cuando el público la
aplaude. Está sentada en el escenario, sola, su flequillo enmarca la dulzura de
la escena. Pero la música es su amiga, y juegan. Alterna la guitarra por calimba,
sigue madera. Se le anima a una zamba, y en su estilo, embelesa. Canta una más
a pedido, y riendo se disipa entre cumplidos que dan fin a su prólogo musical.
La Playita acompaña. Es de esos lugares que
huelen a madera, aunque no sea. Que son como una barrica donde duerme el buen
vino, y estando ahí adentro se siente reconfortante, templado y aromático, de
incienso y resinas. En el patio hay plantas, sus hojas están carnosas y
brillantes. Las gotas de la lluvia de noche-de-sábado-en-capital se resbalan
por sus venas hasta estrellarse en el piso. Y la madera de nuevo, en esas ramas
y esos troncos, exuda su olor a tierra y camino.
Mujeres bellas y fuertes. Si se pudiera resumir
de alguna manera la esencia de Fémina, trío-fem de folk-rap fusión, que con una
estética colorida y potente se acomoda en el escenario y acapara la total
atención. Arrancan sólo maderas: guitarra y cajón. Ese será el hilo conductor. Sus
voces son la del territorio latinoamericano, con todo el brío y el color. La
primera es “Los senos”, track incluido en Deshice de mí, placa debut editada en 2011. Y antes de volverse el canto un verso,
llega en onomatopeyas, en interjecciones de la voz, gritos que le ganaron
territorio a la expresividad, dolor que no puede transmitirse sino de esta
manera. De ser mujer, de ser nacer, de dar a luz hasta convertirse en ella.
Una cuarta mujer se suma al espectáculo, baila
las canciones. Su entrega es total. Su organismo en movimiento es la definición
de expresión corporal. La canción vuelta carne y huesos. Asombroso, sacudón de
los sentidos. La columna vertebral de la lista estará apoyada en Traspasa, editado a principios de este
año. Guitarra, bajo y piano invitados acompañan la diversidad de géneros y ritmos.
Presentan algunos temas nuevos, como “Arriba” y “Soula”. El momento en el que
la respiración se corta y la piel se eriza es durante la performance de “El guacho”. Como brasas prendiéndose fuego, los
versos que rapean recorren temáticas que queman, y en velocidad y acción lo
colman todo. Es altísimo el nivel de energía en el que oscilan. Y el final llega con una vieja advertencia: oiga muchacha, nada es lo que parece. Y una sabia reflexión: si tal vez dejara de buscarte, ahi tal vez lograra yo encontrarte.
Este
sábado 20-sept se presentan en vivo junto a CeHacheRespira y Korobá en Matienzo
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