Hay una semana cortada al medio, como la manzana
de Gerardo. Tan justita y perfecta, que algo insólito sucede y en El Especial, Bestia Bebé arranca temprano. Tanto, que cuando nos dicen que ya van por el cuarto, es
casi un alivio: podría haber sido mucho peor. Epifanía es estar pidiendo en el
ritual del vivo que pongan huevo el día anterior a la consagración.
Intercalando Bestia Bebé, Bonitas Páginas, ese cover sensiblero de
Daniel Johnston, alguna de The Hojas Secas y una de Un millón de Euros, la banda liderada por Tom vuelve a abandonarse al hit tras hit tras hit.
El lugar a punto de estallar y todos cantando como
dragones. Sale fuego de las gargantas, y así se calienta el piso que parece
arder, porque todos saltan de acá para allá en “Wagen del pueblo” y en los
otros hitazos que están por venir. Corre la birra, corre la alusión futbolera,
corren los hermanos brasileros, papá está en casa.
Dan
respiro sólo para que la gente se organice en pogo y arengue los cánticos de
cancha que tanto enaltecen. Hasta se animan a un mosh en esa sala de techo alto
y micrófono que patea. El final amaga, pero llega con Reno agitando en “Muero
por ser el nuevo héroe de esos idiotas” y el mic regalado a un flaco que está
tan feliz de estar ahí, que ya fue todo. Como cada vez que el cuarteto de Boedo
se juntó a tocar entre amigos, para los amigos. Otra vez, hay fiesta en el
barrio.
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