ph. Marie Le Pen
Ese jueves, la noche era una delicia en Buenos
Aires. El aire soplaba templado, la luna colgaba radiante y Café Vinilo
vestía de lujo para la ocasión. Me sedujeron los detalles, una rosa en cada pie
de mic y a cada lado del piano de cola. Unos pequeños candelabros iluminando
las teclas, y toda la banda enfundada de gala. La luz intermitente y el calor
de las velas en las mesas aportaban su cuota de magia. Todo estaba dispuesto
para que se iniciara la presentación oficial de Lupe y sus
amores.
Un refugio. La música puede ser un refugio. Y
todas esas imágenes que construimos a través de ella para hacer un álbum de
fotos de un pasado idílico. Y un día sucede, inevitablemente. Ese puñado de
canciones que nos ayudan a crear un tiempo de dicha, quedan suspendidas. Pero
con qué fuerza infinita nos transportan a ese ayer cuando son rescatadas. Mujer
divina, Piel Canela,
I don't want to talk about it, Quizás, quizás, quizás,
, Blanco y azul, When you´re smiling, Il cielo in una stanza, You've
lost that loving feeling. Todas
y cada una, eriza la piel. Qué trance es volver a ese lugar a través de las
reversiones de Lupe y sus amores. Con qué placer tararear lo que otrora fuera
un himno personal, el más sentido, el más sangrado. Un viaje de puro placer por grandes clásicos de tiempos perdidos. Un
disfrute total, un intervalo en el cual recuperar el oxígeno, para volver a perder enseguida el aliento, para entregarse de lleno a este conjunto musical que es una verdadera delicia, una caricia.
Guadualupe
Soria es una sirena, es una reina, es la mujer más bella del mundo, es la
voz más dulce y profunda, es la feminidad que deleita, el canto que acoge. Desde
cualquier ángulo que se la abarque, en esta noche, Lupe luce perfecta. Carlos
Britez, Julián Gándara, Nicolás Rainone, Mariano Malamud y David Alonso
Fernandez son el acompañamiento ideal. Sus formas, su candidez. Su manera de
construir y transformar lo individual en colectivo, y que el resultado sea bello.
Los arreglos son impecables, cada canción, cada detalle y esa manera tan
natural con la que los talentosos hacen parecen sencillo lo imposible. No están
solos, los mejores invitados los acompañan en esta función.
El público, que ocupó hasta el último asiento,
pide bis. Repiten la mágica fórmula de Piel Canela. Aplauso de
pie y sostenido. En ese vaivén del pasado y el futuro, algún punto colorado
puede cruzarse en el camino. Mejor seguir el consejo de los sabios y que nada
te detenga. Ya habrá una canción que haga de esta noche otro refugio, bring
back that lovin' feeling.
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