viernes, 10 de julio de 2015

Los Mutantes del Paraná presentaron Noctámbulo en el Uniclub


La música es mi tatami”, me dije en voz baja mientras caminaba por Guardia Vieja, antes de que el sueño se terminara. Tenía expectativas altas y muchas ganas de sentir a Noctámbulo sonando en vivo. Se trata de un disco que me transporta, quién puede juzgarme por eso. Los Mutantes del Paraná se la jugaron, no repitieron la fórmula, y en ese viraje incorporaron sonidos cálidos que desembocan en ocho tracks intensos y sentidos. Llevar esta carga instrumental al sonido en vivo es un verdadero desafío. Pero aseguraron estar listos para hacerlo, y como en la cancha se ven los pingos, el público al  pie del escenario los aclama.

Diez músicos sobre las tablas amedrentan. El juego de luces acompaña, y la proyección del arte de tapa da el contexto. Sin mucho preámbulo, se lanzan de lleno. Esta primera parte del show está íntegramente dedicada a Noctámbulo. Para deleite de los fieles seguidores, no sólo el clima es totalmente festivo, sino que el sonido es impecablemente fiel al de la grabación. Aplauso sostenido por el logro alcanzado. La lista va avanzando como si el disco estuviera corriendo. “Sin patrón” es un festival de coros, y no será el único. Con frescura, con muchísima energía, con esos timbales sonando duro, con una percusión precisa, con el trío de vientos aportando su sello, con esa guitarra extra que se luce brillante en el centro de la escena. El teclado es un punto fuerte, el contrabajo es la delicia de siempre, la guitarra a la izquierda completa el cuadro. En el medio del baile, algo me impulsa. Escribo sin despegar la pluma, y transcribo sin asumir el riesgo: Es trance pero sin tranza, todo es orgánico y honesto, nada siniestro, son todos nuestros. Cada sonido, cada ritmo, cada latido. Si yo vibro, la música no puede ser sólo sonido. “Capricho” cierra esta etapa. 

Entrados ya en calor, vuelven los músicos, se reactiva lo que se daba. Dos bellísimas bailarinas aportan su baile gitano, ¡y cómo no estar a pleno bailoteando! Sudan los cuerpos, zumban los oídos, sacuden las caderas. Canciones de su primer LP, el clásico combo de covers, y la energía inconmensurable que generan y propagan en sus presentaciones en vivo. Lo dejaron todo, lo dieron todo. Quién se atrevió a dudar de que posterior a El Entrerriano, Los Mutantes del Paraná no tuvieran mucho, muchísimo más para dar.

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