Te despierta el sol que entra por las rendijas
de la persiana de tu habitación, y vos si apenas podés respirar. Un ejército de
kosakos se agita adentro de tu cabeza, y los vapores del alcohol que todavía
flotan en el aire te marean peor.
Nada de esto tiene un ápice de lo que tu
imaginación vaticinó para vos un domingo
como hoy: qué linda estabas en tu delirio, con el rimel todo corrido y el
cuerpo envuelto en sábanas blancas de anti-descanso fraccionado en turnos, tu
reflejo proyectado en el techo, acompañado por la mirada de unos ojos vacíos que reposan
al lado tuyo en merecido descanso.
Pero no, finalmente estás en tu pijama, en tu
cama, en tu habitación, en tu casa, despertándote a la sombra del solitario
domingo.
Canciones para la limpieza presenta: Tus expectativas son cualquiera! –
Nada de esto pasó, Tototomás
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