jueves, 30 de abril de 2015

Viene tomenta - Julián Mourin en el Matienzo


Estar de gira sin parar, anestesia. La contracara del exceso, es la carencia. El riesgo es desconocerla como condición. Noche de veda en la Ciudad de Buenos

Aires. El Matienzo espera, manso. La puntualidad reina, y antes de que las agujas den la vuelta entera, Daniel Vinderman, acompañado por Pablo Quiroga (percusión) y Victor Silione (violín), se presenta en el escenario. Del otro lado la sala, llena y expectante. Todo un desafío. Pero no desespera. Trajo una cajita musical que esconde 12 piedras preciosas, cuyo sonido es el de la tierra y el sol. De esa cajita con nombre propio, Cosas que te dan placer, saca la primera: “Fuiste el color”. Y no hizo falta esperar que Bengala haga lo suyo, la maquinaria ya estaba trabajando. Nos derretimos, nos despertamos. La claridad de esos ojos es proporcional a la transparencia de su lírica, que conmueve. Un río de canciones que limpia. Despertar del sueño, y entrar en uno nuevo. Adiós a todo lo adormecido, bienvenido lo nuevo.


Hay algo silencioso y muy presente, algo que desde la sutileza, embellece. Sero Visuales dio el presente, y en la perspicacia de elegir la imagen que acompaña, el clima se construye. Se respira amor, está por subir Sur Solar. Algo impacta, los músicos suben al escenario de a uno. ¡Cuánta emoción, cuánta adrenalina! Como al ring, como a la cancha, a darlo todo, a entregarse en cuerpo y alma. En una descripción liviana, El Guachazo es la banda que acompaña a Julián Mourin. Pero, qué hay de ese hilo invisible que tejieron, cómo explicar el misterio energético que se desata cuando Julián nos da la espalda y se zambulle en su banda, como un sediento de vida que se hunde en el mar. ¡Ay!, las olas ahora llegan hasta acá, y nos mojan los dedos de los pies. Nos dejamos empapar, y como en un río calmo las canciones nos llaman, nos llenan, nos alimentan.


Si el desafío de presentar en vivo un disco es lograr que cada canción suene fiel a la edición, este equipo hizo algo completamente inesperado, lo superó! Facundo Salgado en el bajo, Leandro Baroncelli en percusión, Sofía Urruti en voces, Philippe Bacque en guitarras y Pedro Urruti en pad electrónico, y cuerdas invitadas a cargo de Vero Marjbein en violín y Juan Ignacio Ferreras en cello. Claro que desde el borde del escenario hasta el fondo, amuchado y excitado, el público aplaude, y fuerte. Las canciones van llegando, van sonando, van creciendo. Y toda esa pasión de ahí arriba es viral, queremos nosotros también. Entonces, chasqueamos en “Sismo”, yo también guiño. Nos quedamos a solas con Julián, y soltamos con él una lágrima. Miramos atentos y perplejos su semblante cuando nos asegura que “la canción puede ser muy poderosa, la música es muy poderosa. Hice esta canción para pedirle una señal al Universo”. Accedemos a su pedido, cuando se engolosina y pide bis de estribillo a capella en “Cuerpo mar”. Honestidad brutal, y dos más para los bises. Se terminó. O no. Un show llega a su fin, un disco está empezando su camino. Seguro sea de giras, de dar vueltas y llegar a todos los rincones, a todas las ciudades, de cruzar océanos, de abrirse paso. Pero lo que trae Sur Solar no queda sólo sujeto a ese puñado de canciones. Hacerlo sonar es desatar las emociones, es abrirse a una entrega total, es despertarse de la anestesia de la ciudad, de la era. Viene tormenta. Que el subidón de emoción se desate, quedan advertidos. Déjense empapar. 

Jueves de belleza y sabol!


Claro que la gira comienza HOY!

Bellos Jueves, Temporada 2015, en el MNBA


este cuerpo pide... SABOL!
Flor de Mambo en Vuela el Pez, la medianoche ferpecta

miércoles, 29 de abril de 2015

una cena con Cosmo

Ph. por Marie Le Pen

La curiosidad. Quise saber cómo era eso de ver a la banda tocando en el bar. Vivirla. Y así resultó que, sin más, busqué cómplice y bic y click en mano, fuimos a Sheldon a ver a Cosmo un miércoles, cualquiera. La escena contaba con algunas imágenes repetidas: los otros asesinos de plantas dando vueltas por el lugar, la estética cósmica al mango, camisa, borcego y anteojos de sol. La canción puesta en la línea de fuego, y disparar una atrás de otra, entrar en ritmo, setear el clima, empezar de a poco y llegar bien arriba. 

La estrategia es sencilla pero efectiva, alternar entre Cosmo y Branas, seducir al oyente incauto y opacar la cena, que sólo brille la música, que sólo ella encandile. No a las velas, no a las risas que llegan desde las mesas entre tema y tema, no a los susurros. No a la gilada, tocar en serio, estar acá. El engachadito entre “Amor es diversión”-“La balsa” es el tiro de gracia. Nos convencieron. 


Una banda dando batalla, peleando limpio. Atrás de la guitarra, roja e inmensa, se debate la táctica. Guiños cómplices, métricas finamente calculadas. El bis, los aplausos, los discos a la venta y misión cumplida. Valió el acercarse, la curiosidad que sostiene la mecha encendida. Contradiciendo el saber popular, contradiciendo los escenarios establecidos.

sábado, 25 de abril de 2015

Vida Calesita entrevista a Julian Mourin

Julián Mourin es parte de ese inquieto rompecabezas que forman los cancionistas de Buenos Aires. Con Mate de Metal, editado en el 2012, demostró que estaba listo para largarse solo. Disco intimista, de atmósferas cálidas y huellas de alguien que está buscando. Lejos en el tiempo quedó ese largo camino recorrido con su banda Chúcaro, donde se dieron el lujo de dejar la gráfica de su placa homónima (2005) en manos de, nada más ni nada menos, que el dibujante Liniers. Con un puñado de canciones latiéndole, llegó por fin Sur Solar, su último disco, recién salidito del horno y con fecha de presentación oficial este 25 de abril en el Matienzo.

Con ganas de conocer todo el detrás de escena del disco, producido íntegramente de manera independiente, invitamos a Julián Mourin a sumarse a Vida Calesita y charlar.

Hablamos de esa decisión, que tuvo lugar allá por el 2011, en la que dejó el formato banda para abocarse a un proyecto solista. “Ya el primer disco de Chúcaro iba a ser solista, pero decidí finalmente sacarlo con la banda. Después fue decidirme, hacerme amigo de la idea de salir bajo mi nombre. Eso fue tal vez lo que más me costó. Pero una vez tomada la decisión, fue sencillamente darle para adelante.”  Y así, como quien confía en el destino, nació Mate de Metal. Lo que pensé para Mate de Metal fue: bueno, me largo solista, criolla y voz, y le sumo algunas cositas. En algunos temas terminaron siendo más cosas, están un poco más vestidos. Pero básicamente era eso. Y que en vivo suene con una percusión, un teclado, pero que esté más o menos alrededor de una guitarra  y una voz, esa fue la idea de "Mate de Metal”. “A mí me gusta mucho componer, me gusta hacer canciones. Siempre estoy con una canción nueva, con algo que decir, después le pongo una letra. Creo que el proyecto solista lo que tiene, si bien no estás acompañado como en un banda, donde son varios, lo que tiene es que tiene una fluidez interesante.”


¿Cómo, cuándo y dónde dijiste “lo mío es la música”?
Dije eso a los 19, 20. Anterior a eso, desde siempre, ya de chico era un enfermito de la música.  Estaba siempre tocando la guitarra, muy tímido, pero siempre con la música. Sacaba canciones, sacaba temas re complejos de Eduardo Falú, de Atahualpa Yupanqui. Tuve una adolescencia medio extraña, me gustaba el folklore. Antes me habían gustado los Rolling Stones y de repente hubo un cambio de dirección total y me pasé al folklore.
Era fanático de la música pero muy tímido. No me animaba ni a cantar, en mi cuarto, inclusive estando solo. Pero todo el mundo sabía que yo era un fanático de la música. Mi familia se iba de viaje a algún lado y un regalo para Julián era un instrumento. Tenía todo el cuarto lleno de instrumentos colgando. Creo que lo que hice a los 19 fue dar ese paso, en vez de que estén los instrumentos colgando, los incorporé, y tomé la decisión. Dejé la carrera que venía estudiando para dedicarme a la música. Un piletazo total. Medio inconsciente, pero muy cabezón. Me parecía una cosa tibia estudiar otra cosa, seguir estudiando mi carrera, y hacer como hobbie la música.

Y así fue el principio de esta historia, que hoy lo encuentra preparándose para la presentación de Sur Solar, su último disco editado en marzo de 2015. Metiéndonos de lleno en lo que es el sonido de la placa, le preguntamos a Julián respecto a los ritmos latinoamericanos que se cuelan en las canciones. “Siempre fue una búsqueda mía, me parece interesante. Parto de que me encanta, me gusta mucho la música latinoamericana. Me parece fascinante la mezcla que se dio en todo Latinoamérica entre lo europeo, lo originario y lo afro. En cada país con diferentes porcentajes, pero en todos está esa mezcla, ese caldo de cultivo que es muy poderoso. Y eso es la constitución de nuestros países, de nuestra cultura, que está hecha en base a esto. Esto por un lado. Y por otro lado, si bien me encanta todo eso, también me gusta la cosa cosmopolita. Yo soy de acá, soy de Buenos Aires. Y es desde acá que hago toda esa ensalada de ritmos. A le vez, me encanta también la música pop o rock. En Chúcaro era un poco más rock. Escucho muchas bandas indie, estoy muy actualizado de la música, escucho mucha música, soy bastante melómano y me gusta estar atento a lo nuevo, a lo que está sonando. Entonces, hay como una mezcla en el disco. Si bien hay como olor a tierra, también hay una base electrónica y hay unos soniditos que son más actuales, que te traen más a la actualidad. Y me gusta en esa mezcla de cosas, lo que arma. Y siento que si tuviera que expresarme con sonidos eso es más o menos lo que soy yo, o lo que busco, por lo menos.”

El disco cuenta con la participación de diferentes músicos invitados en cello, violines, bombo y platillo, bandoneón y voces. ¿Cómo se dio la interacción con estos colegas?
Lo que me pasó con este disco fue que en un primer momento pensé en invitar, a quién invito para cantar, así como figura. Eso que a veces se hace, más cuando uno es un músico independiente, “desconocido”. Es un buen recurso, invitar a alguien “más conocido”. Pero para este disco me quedé con la idea del libro de Castaneda donde Don Juan le dice a Castaneda: “elegí un camino que tenga corazón” y me quedé con eso más que con cualquier otra cosa. Si se da ese tipo de interacción, tiene que ser porque se tiene que dar de una manera natural y orgánica. Hacés onda con alguien de una manera natural y sincera, y lo invitás a cantar y ya. Y no tanto el piletazo medio estratégico… y dije bueno, que graben los amigos, que fluye y ya. Y así fue en Sur Solar.



¿Cómo nació el nombre del disco?
El nombre del disco cambió bastante a lo largo del tiempo. Inicialmente se iba a llamar “Filosofía”, después hubo un tema que se terminó llamando “Esa filosofía”. Pero no me cerraba del todo. Me gustaba el nombre porque en el momento en el que decidí que me iba a dedicar a la música empecé a estudiar Filosofía en la UBA, estuve un año haciendo la carrera y estuvo bueno, y era una parte de mí, pero no completamente. Después me gustó “Parte del sol”, que es otro de los temas. Me gustó un poco más, pero tampoco me terminaba de convencer. Un día vi escrito “Xul Solar” así: “Museo Xul Solar”, y me quedé con la palabra “Solar”, y me gustó. Me dije, a ver, probemos por ahí, una palabra más antes de Solar, a ver, hagamos una combinación. Y probé varias y de repente probé Sur y me gustó mucho: Sur Solar. Terminaba quedando parecido a Xul Solar, como el pintor. Y eso también me gustó, que quedara un gesto, un guiño. Pero más que nada me gustaba porque sintetiza un poco mi música, o todo lo que venimos hablando, de hacer esta ensalada de ritmos o de cosas, desde Buenos Aires. Buenos Aires, que a nivel globo y a nivel Latinoamérica es Sur. Y Solar es porque las canciones son bastante luminosas, optimistas, van por ahí. Si bien este disco es un poco menos solar que Mate de Metal, por ejemplo, sigue siendo alegre aunque hay temas como “Viene Tormenta” o “Hasta que vuelvas” que tienen su oscuridad o son un poquito más nostálgicos. Y está bueno eso también, le dan un peso. Igualmente, mis letras y mis canciones son así, hay esperanza, va por ahí. Esa combinación me gusta. Y a la vez, todos estos lugares latinoamericanos de los hablamos generalmente son más para el Norte. Son lugares donde el sol pega. Es como si estuviera acá, pero mirando un poco para allá.


Contanos, ¿cómo es que Sur Solar llegó a Japón?
Yo también me lo pregunto, la verdad (risas). Fue un poco de a poco. Sura Music es un sello de acá, de Buenos Aires, de Nico Falcoff, que está conectado con Tayo Records, un sello de allá que está muy conectado con las cosas que pasan acá, de este estilo indie, con raíz, movida cantautor. Yo le di Mate de Metal a Nico para que se los mande, y les gustó… por suerte! Entonces, me empezó a comprar discos, de vez en cuando me compraba una tanda. Después me contactó por Facebook, y me contó que en el 2012 fue uno de los preferidos del año. En el 2013 vino al MICA y me invitó. Hicimos una fecha en el Pacha con todos los cantautores que él maneja allá, y estuvo bueno, hicimos una ronda. Arrancó él cantando sus canciones, una especie de bossa nova en japonés. Y después cantamos dos temas cada uno de nosotros. Y bueno, a través de las redes sociales se enteró que iba a sacar un disco nuevo, me escribió y me pidió que le avise cuando lo tenga, que le encantaría escucharlo. Y yo sabía que si le gustaba, existía la posibilidad de que él lo editará allá, que es una diferencia a que te compre tus discos de vez en cuando y los venda allá en sus disquerías. Porque él hace una edición del disco allá, una edición japonesa. Sabía que estaba esa posibilidad, así que se lo mandé. Me respondió en diciembre diciendo que le había gustado el disco, felicitándome. Pero no sentí en su respuesta mucho entusiasmo, así que solté la idea ahí. Pero en febrero me escribe un mail contándome que le gustaría tener la licencia del disco por 5 años, que le gustaría editarlo allá, con las letras en español y japonés, y si me interesaba me mandaba el contrato, etc … y bueno, la verdad que fue una alegría inmensa, me acuerdo perfecto el momento. Es una alegría, uno como músico independiente… acá mis discos no están ni en disquerías, están en algunas, en pocas, y de repente que alguien edite el disco allá es una alegría inmensa, no lo voy a caretear ni me voy a hacer el que esto fuera moneda corriente.

¿Y cuándo te vas de gira a Japón?
(risas), no sé, todavía no le pregunté. Pero me encantaría!


Julián Mourin presenta Sur Solar este sábado 25/04 en el Club Cultural Matienzo (Pringles 1249)
Visuales en vivo e invitados especiales

este sábado, pasa de todo!


este sábado hay una fiesta hermosa en el Matienzo!

visuales, invitados y mucha ♥ y ♪♪
21hs, en Pringles 1249



Tototomás cierra su ciclo en Vuela el Pez, esta vez junto a Los Tremendos


y en esta selva de cemento, El Hipnotizador Romántico presenta JUNGLA en Santos 4040

jueves, 16 de abril de 2015

Nacho y los Caracoles en El Universal


Soy yo el que sueña, no la noche

Al día siguiente, sigue girando. Es volver a decirlo, la medianoche tiene el encanto de la transgresión. Hay princesas que perdieron su reino cuando el reloj dio las doce. Entonces, dónde ir a refugiarse cuando todos los carruajes son calabazas, y las reinas ilegítimas andan descalzas buscando el ritmo que mejor les calce en los pies. El Universal puede dar cobijo. Ahí se está gestando un nuevo episodio de la saga Nacho y los Caracoles. El hechizo está en el modo en el que construyen el momento. Probar sonido y sumar al público en ese viaje. Ese instante en el que nos hacen cómplices. Un dulce engaño, un muy buen juego. Entonces, a poner el cuerpo, se ha dicho!

Transformar un trío en cuarteto, y que Ezequiel Borra en las cuerdas deje a todos boquiabiertos. Que las canciones pasen suavecito, pero peguen. Como el oleaje del mar, como el recuerdo del primer encuentro, como el doblete bajo-percusión, los mismos pero distintos. Editadas, propias, nuevas, prestadas. Cada cual su clima, cada cual su alquimia, cada una a su ritmo, con su propio mensaje y su singular melodía.

Dejar pasar un día nublado, con el ritmo al día y entre las cortaderas. Solamente es lo que es, escuadras donde los amigos son la segunda piel, una cápsula protectora. Hoy te vas, chinita y en el madrigal alguien sale de caza, pero esta vuelta se siente bien. Dudar hacia dónde disparar, es que el verano ya llegó, y él no sabe qué hacer, si irse con los muchachos o subirse a tu tren. Angelitos vienen a su rescate, pero un cartel en el Abasto anuncia que anda perdido. Mejor, para resumirla y hacerla corta: ponele el cuerpo y de frente manteca, cantale a la luna y al sol.