viernes, 29 de agosto de 2014

Friday, I´m in looooove!




Fechón compartido en El Especial con Clonosaurios + Las Ligas Menores (y su flamante LP!) + Hojas Secas + Los Pencales



música de la mano de Gaby Colman, poesía y más en este Encuentro Berengial en La Vieja Guarida



alto fiestón en el Matienzo, para cerrar la noche

las aves que duermen el nido de tu sueño


fuera del tiempo

el 99.99999% de todo 
                                               lo que existe 
es 
                         espacio
  y lo queda, materia

                               pero, y el tiempo¿?











NOTA: hay algo en el no-espacio de la no-materia, y es la historia

lunes, 25 de agosto de 2014

haaahaaahaaaa quien esta cantaando eeeeh - Nacho y los Caracoles en El Universal


Una noche de verano en pleno Agosto, un lugar que recibe visitas como lo hace un templo, un viejo conocido irreconocible que saluda bo, y con tan poco me pongo contenta de estar en un nuevo ritual caracol. Quizás detrás del 3 sea la verdad que todavía no entendí, quizás la trilogía es la respuesta a esas preguntas que rebotan entre las paredes de mi cráneo un poco manoseado. Después de volcarme encima pócimas prestadas y sin nada en el vaso para tomar coraje, corriendo vamos del patio a guarecernos bajo techo porque los primeros acordes despuntan ahí nomás.

Nacho y Los Caracoles en El Universal. El primero de la lista es quizás el más climático de todos. Ese que no es figurita repetida, porque exige bastante de la voz. Los murmullos se silencian en seguida, el rito está iniciado: “Río”. Uno de los más difíciles porque demanda entrega absoluta y en eso estamos los que estamos, y algunos que para eso sólo vinimos. El cover Brasil que trae esa alegría agridulce, “Escuadras”. El escenario iluminado apenas, telón oscuro de fondo, luz negra para resaltar lo que fluorezca y unos planetas que cuelgan entre cubos de colores. Contradicción de lo redondo y lo cuadrado juntos, de la velocidad de esta urbe infernal con sus noches de nunca acabar versus las canciones diáfanas de estos caracoles de ciudad. ¿Si lo que creemos que es, no es ni va a ser nunca? 

Jano enroca el contrabajo por un bajo eléctrico, Faca hace su alquimia desde la percusión, Nacho es el domador de aves que tiene entre las cuerdas de su guitarra y de su voz la medida justa de alpiste. Todo está en equilibrio, todo en su medida justa. Juanfa Suarez, trompeta invitada. Si tres es el equilibrio, cuatro quizás sea la perfección. 

Una historia que acorrala en “Chinita” y amerita afinar las cuerdas después de que el calor de las luces y la amistad las hayan derretido un poco. “Otro ritmo”, ese sabio consejo que se esconde en “Dejate caer”, algunos temas inéditos y todo bajo la magia que entre los tres nace en la intimidad de estos encuentros ocasionales. “Entre las cortaderas” y Doris que también vuelve a la vida. “Salgo de casa”, “Angelitos” y la despedida bien arriba, diametralmente opuesta al arranque: “baila” y “Poner el cuerpo”. Lo mismo de siempre, los ciclos, la música que salva. Una hoja de otoño va  a caer, va a dejar lugar a otra para que pueda ser todo reverdecer. Que todo se acomode y sea, si igual va a pasar.

sábado, 23 de agosto de 2014

tarde de sábado musical

 

Chify tiene listo "Pensamiento en el aire", un discazo!

cerquita del Rosedal lo va a estar presentando en vivo

tu tarde de sábado tiene sentido!

jueves, 21 de agosto de 2014

Noche de swing y amor - Los Bronson Brothers en La Playita


¿Cuántas cosas hacen del viernes el día perfecto? El motivo del pasado tiene nombre propio: Los Bronson Brothers, sexteto de swing gitano con menos de un semestre de vida que estremece los corazones más helados. La cita, puntual, tuvo lugar en uno de los puntos declarado bunker oficial. Si se incendiara todo o si, por el contrario, el mar llegara hasta acá, yo iría a refugiarme en cualquier rincón de La Playita. Me detendría en los detalles: la revistas apiladas en ese armario del costado, esa especie de altar que le anda cerca, el cartel luminoso que en cualquier foto delata la locación, el patio interno y hermoso donde estacionan bicicletas y macetas, la pared con los flyers de las fechas viejas, como evidencias de que la felicidad fue real alguna vez.

En ese mismo patio ardían en lo alto las estrellas y algunas nubes se paseaban como si tal cosa. Adentro, protegidos por una pared de atriles, los Bronson Brothers comandaban esta nave que viajó en el tiempo por el rato que duró el show musical y de baile. Vestidos para la ocasión, con una distinguida gala que ayuda a hacerse la idea acabada de lo que esa banda se trae entre manos, abrieron el equipaje y de la valija musical saltó un puñado de canciones sixties que inundó el lugar de sonido Nashville.

Despuntan con una de Louis Armstrong, van a pasar por las cuerdas del inmenso contrabajo Ella Fitzgerald, los Mills Brothers, Ray Charles y Django Reinhardt para la despedida. Los instrumentos van a acoplarse unos con otros con tanta suavidad que los aplausos no van a alcanzar para felicitarlos por apropiarse de estos clásicos con sello propio, vaya desafío! Quique Bianchi y Yani Bilo van a hacernos delirar con su baile, y Manolo Mandiga va a hacer su aporte en maracas y güiro para que unos boleros ablanden las corazas y el amor se apodere del salón.

Previo a que el último suspiro llegue a su fin, la magia se apura y termina primero. No sin antes una pieza final de baile para esta pareja que la descose en la pista y una “canción para chapar”, según estricta indicación de la fémina voz líder. Concluye de esta manera una puesta impecable de los Bronson Brothers en este cálido espacio. Se cierra la semana, se abre lo que sigue y me quedo con la idea de que un buen show es razón suficiente para hacer del viernes el día perfecto, todavía. 

jueves de canción, amor y calor!

 

festejar la falsa primavera con música verdadera!

Los Tremendos + Nahuel Briones & Orquesta Pera Reflexiva + CeHache Respira en el Matienzo


domingo, 17 de agosto de 2014

Licencias poéticas, que le dicen



Traté de decirlo antes, pero usar palabras es cavar una fosa. Leerán otros, habrán antes, pero Hernán es la piedra angular. Palpitaciones, el músculo existe. Agitación, conmoción, desconcierto. Amor. Un poema que sea una casa, un poeta que sea todas las ventanas abiertas. El manantial, un haz de luz, la luna aullando, mi cuerpo ahogado en un grito, todo lo verdadero. Poesía y música en El Universal, entrelazadas, tejiéndose.

Siempre que se pueda escuchar de su voz, que se haga. Florencia Ruiz, tiñendo la noche con la belleza de su guitarra. Pipo Lernoud, esa sabiduría con bigotes que juega en versos e invita al violoncello de Lautaro Aledda. Flopa, miniatura inmensa germinando en continuado. Y Malatesta, claro. Roberto Malatesta que desvió el río hasta este lugar. 

Después, nada es igual. Al día siguiente, en la próxima vida, al despertar de la mañana de tu cuerpo, lo ves distinto. Un bicho durmiendo en tu cama. Efecto dominó. Las fichas se caen, hacen su pequeño estruendo. Todo porque su voz te llegó. Que su palabra te encuentre. Esta noche, ahora, y para siempre. 

martes, 12 de agosto de 2014

"Realmente Grande" cumplió su primer año


Es sábado en la ciudad de las luces, se acerca la medianoche y se escuchan los aullidos de los lobos, que empiezan a manar del monte. Yo, por mi parte, tengo un cumpleaños al que asistir. En compañía de dos chinas, campeona y sub-campeona de lucha porquesí, y de una luna redonda y hermosa, y bajando sin prisa pero sin pausa por Gorriti en dirección Salguero.

Con un Café Vinilo colmado, Lu Martinez, acompañada por su banda, recibe cálidamente a los invitados. “Sean bienvenidos al festejo número uno”, así arranca la celebración del natalicio de “Realmente Grande”, su disco solista debut donde en ocho canciones cabalga una fusión de ritmos que va desde el funk hasta el soul, sin dejar afuera al rock, ni al swing, y cuidando al dedillo hasta el más sutil de los arreglos, entregando una lírica atrevida y divertida.

Ahora, Castelar, el pop quinceañero de Ayer. Cada canción con su identidad única, agarra de la mano a la anterior y juntas conforman esta rueda fantástica que es Lu Martinez en su versión compositora y solista. Con vientos invitados que hacen las veces de coro y suman una simpatiquísima coreografía, y el maestro Mariano Gianni en el piano para completar la escena, la banda está más que completa. La lista de temas pasea por los tracks que en vivo suenan con muchísima fuerza, y hay un equilibrio en el sonido que denota el resultado de un camino recorrido. Doce meses desde el debut, el tiempo que valió para pulir y mejorar y afianzarse. La banda se entiende a cada momento, y es un placer prestarle atención a cada uno en lo suyo, porque la mixtura que alcanzan juntos es exquisita.

Un momento de soledad para Lu y su guitarra, donde expone todo su potencial de cantautora y su carisma y talento infinitos. Muchísima intimidad y una emoción enorme en ese homenaje a la barítono eterna que está presente en toda la música de la que siempre va a ser parte. Hermosa y entregada, lleva la velada con esa soltura que tienen las artistas que están comprometidas con lo que hacen. Una despedida que arranca con una versión funk fresca y parrandera de Cómo es posible que a mi lado, fiel al estilo de Lu. El público sediento de funk pide bis, y preparadas están Manuela, Santa Rita y una anécdota tragicómica que se hizo canción para el final de fiesta.

Muy feliz cumpleaños para “Realmente Grande”, y felicitaciones por haber llegado hasta acá. Esto no quita que pidamos más! Porque sabemos que Lu Martinez es igual de gigante y tiene muchísimo más para dar. SALUD!

El Hipnotizador Romántico en También dormimos


a mí tampoco me cuesta reconocer cuando otro tiene razón...


jueves, 7 de agosto de 2014

El estadio de arena, teatro en el Sarmiento


Hay bunkers desparramados por toda la ciudad. Eso es un hecho. Los hay de todo tipo y tamaño, y para todos los gustos. La invitación está extendida para quien quiera aventurarse y descubrirlos, encontrar el que mejor le cuadre y hacer de ellos consuelos para el día en que no quiera estar vivo.

Hay uno, por ejemplo, que vive al lado de algo tan ilógico y ridículo como un zoológico. Adopta la forma de un teatro, y tiene por nombre “Sarmiento”. Allí habitará esta semana por última vez la obra “El estadio de arena”, escrita y dirigida por Patricio Abadi. La escenografía le hace los honores correspondientes al título, y cubriendo el piso de arena se disfraza de playa de veraneo, de un Uruguay costero que está lejísimos de la frialdad de ese otro balneario donde ganan la pose y la ostentación.

En clave de fútbol, el conflicto entre estos dos hermanos se plantea desde el inicio con una sencillez que conmueve. Conmueve porque el guión, sin pretensiones, discurre en un texto que aunque plagado de metáforas futboleras, no descuida los silencios. Pequeños gestos de fraternidad, esos abrazos que quisiéramos dar pero siempre se quedan al borde, las cosas que no dijimos y que ya es tarde, aunque el tiempo no exista, la mujer amada en tela de juicio, la sangre que tira con fuerza, y el último deseo de papá: que sus cenizas sean arrojadas al mar. 

Con actuaciones muy bien logradas, el recorrido de la infancia a la adultez, el recuerdo falaz del primer amor y la competencia inevitable y absurda que convierte a los niños en hombres, los personajes apelan al auditorio de una manera mansa pero efectiva. Una obra de poética de cancha que toca de cerca, y deja la pelota picando en la cancha de la memoria. Porque de la infancia y sus vaivenes nadie está exento. 

"El estadio de arena", autoría y dirección: Patricio Abadi
Jueves 07 a Sábado 09 de Agosto - 21:00 hs - Domingo 10 de Agosto - 20:00 hs
Teatro Sarmiento, Av. Sarmiento 2715

miércoles, 6 de agosto de 2014

El Jardín de los cerezos


La Sala Martín Coronado del teatro San Martín fue sede, una vez más, de una de las obras que integra la trilogía más destacada del dramaturgo ruso Antón Chéjov. Con un elenco maravilloso, encabezado por una brillante Cristina Banegas, que sabe llevar adelante el papel principal dándole a Liuba en la medida justa la solemnidad y parsimonia que el personaje requiere para el caso. Acompañada por un repertorio de actores principales y secundarios que se combinan a la perfección para traer al 2014 una obra concebida 110 años atrás, que no obstante pone sobre el tapete un dilema que tiene lo suyo de contemporáneo, porque la crisis es la constante, pese a la intempestad del paso del tiempo, y de la evolución siempre tan curiosa de la raza humana organizada en sociedad.

Lo que se deja entrever, más que aquello que se muestra y mucho más allá incluso que aquello que se ostenta, es lo que apela a la sensibilidad del espectador, a su reflexión y a su asombro. Los espacios que se tejen en ese lugar en blanco que existe entre las oraciones que construyen al guión son los que hablan desde el silencio e interpelan al público. Ese jardín de cerezos que se intuye más allá del escenario, y que es la representación de una aristocracia en decadencia, puede leerse a la luz de los eventos actuales como la amenaza al status quo

Dirección y adaptación a cargo de Helena Tritek, con una escenografía que deslumbra desde el primer momento, música original que se disfruta en vivo, un vestuario majestuoso y una fantástica puesta en escena, dan cuerpo y sustento a esta obra que resulta una perla rescatada del fondo del mar. No tanto porque “El Jardín de los cerezos” no tenga el peso que tienen los clásicos, sino porque obras de esta magnitud pueden llegar a pasar desapercibidas y perderse entre tanta oferta. No es este el caso, y lo que logra Tritek junto a su equipo es calidad y novedad, en la proporción exacta, como si entre todos tuvieran la receta de la pócima que hace de un clásico un verdadero deleite. 

martes, 5 de agosto de 2014

Santísima Trinidad: La Joven Guarrior + Los Mutantes del Paraná + Luz Buena en el Matienzo



Girar. (Del lat. gyrāre). 1. tr. Mover una figura o un objeto alrededor de un punto o de un eje. De eso se trata: dar vueltas por la ciudad, en torno a la música, que es siempre el faro en este lío. Entonces, sin importar el territorio donde la contienda se desate, el pelotón siempre listo, cuerpo a tierra y ponerse en marcha. Niceto se transforma en Matienzo, pasillo, escaleras, terraza, pintada y La Joven Guarrior dando inicio al show. Un despliegue teatro-musical que deja boquiabierto a los incautos que asisten por vez primera al colosal espectáculo que dan estos trece desquiciados de la canción popular. Cada uno un personaje, y todos juntos un universo pequeño y maravilloso de histrionismo, poesía y canción. Interactúan con el público, al que se lo guardaron en el bolsillo ni bien terminó la primera canción. Se toman el tiempo justo para dar contexto al tema antes de lanzarse en cuerpo y alma a interpretarlo. Y en un inventario musical que evoca la belleza de las cosas cotidianas, como lo son “Valderrobles” y “Chica de Puán”, hacen de la primera parte la más divertida. Imposible no quererlos, no querer, cuanto menos, sumarte a su tren y bailar.

Turno de Los Mutantes del Paraná, que toman la posta enérgica y no sólo no bajan el nivel, sino que lo elevan. Su propuesta instrumental emboba, y el trabajo musical que logran en vivo atrapa hasta al más distraído. El contrabajo es la estrella, pero el resto de la banda sabe acompañar con suma destreza la proeza. Canciones de “El entrerriano” erigen el corazón de la lista, y con el mismo refinamiento con el que suenan los temas en el disco debut están sonando en el escenario de un Matienzo que vibra atento al ritmo de su folk zarateño. Acompañándolo con el video original de fondo, no saltean “I want to break free”, el cover de Queen con el que dejan traslucir su estilo, imprimiéndole su impronta de río. Se despachan con otro cover popular, “La Lambada”, y tal como pasa con el álbum, el final llega sin que lo busquemos.

Luz Buena trae un arsenal de cumbia que apenas si cabe en el lugar. Una caja de Pandora que se abre con el primer acorde, pero no se cierra ni aún días más tarde. Es que la música que se dispara como flecha al corazón es difícil de superar a corto plazo. Esos temas que te hacen mover el esqueleto son como tatuajes invisibles, como pinchazos chiquitos que nos dan algunas bandas para hacernos sentir vivos y ponernos a bailotear de lo lindo. Como en un asalto a la vieja usanza, en seguida el público se hace presente moviendo la pata de acá para allá. Aunque se pueda inferir, cabe aclarar que la bola de energía que tejió en primer término LJG, agrandó en segunda instancia Los Mutantes del Paraná, es ahora un ovillo inmenso y colorido que se desliza entre las agujas invisibles que son las piernas de la pareja que baila al frente del escenario. Esto es una fiesta, no se diga más!

Y de esta manera la gira llega a su fin, no sin antes dejar entrever que lo bueno viene en envase diverso. Santísima trinidad. 

domingo, 3 de agosto de 2014

Vintage Sounds - Especial Folk


La perfección es una ilusión. Pero si en un Niceto colmado los que dan el primer batacazo en el Vintage Sounds son Los Tabaleros, con formación completa y una cantidad de energía como para tirar al techo, ese espejismo puede hacerse palpable. Entonces, una horda de taba-fans y ángeles con pollera se abalanza a los pies del escenario para agitarla cuando cuentan cómo un viajero incauto se hace adicto al crack. Narrando historias mínimas en el código de una lírica prolija que se despega del ritmo ortodoxo del folklore, los temas van sucediéndose casi sin interrupciones.

Esto dicho de esta manera, porque las intervenciones de Beto en el mic son parte del show, quizás la más esperada. Sus bocados delirantes, la manera de explicar lo que es un huaino cochino o porqué Los Tabaleros son verdaderos artistas. Presentando material aún inédito y mechando con una fina selección de “Lolita”, la lista pasea por los mejores rincones musicales de esta banda de indie-folk que se arriesga sumando bajo y percusiones, y hasta se da el lujo de un bandoneón. "Los Nocheros + drogas de diseño”, escucho al pasar que dice alguien que los está viendo por primera vez, y les está captando la propuesta al pie de la letra.

Turno de La Familia de Ukeleles, que arremete en el escenario con ese look vintage al que nos tienen acostumbrados, así como a esa dulzura musical en la que se esconde el infinito talento de cada miembro de la banda. Hay que prestar atención y detenerse en cada uno, porque el resultado final es consecuencia de un equilibrio tan armonioso que pareciera obra de magia ocultista la que los hace sonar tan bien. Pero nada más lejos, éste sonido es el final de un largo camino que llevan años transitando, y que vio su fruto plasmado en su primera placa de larga duración, editada en abril de este año, con nombre homónimo.

Allí como acá, en un Niceto que los recibe una vez más con los brazos abiertos, alternan canciones que varían entre la autoría propia y clásicos de clásicos. “Déjalo ir”, con Diego Pozzi y su destreza inigualable al mando de la resofónica, o “Paparulo”, donde Fideo pasa al frente y hace las delicias del público conviven en armonía con “Suspicion”, “Plenty more” o “These Boots Are Made for Walkin'”, que trae la despedida, atiborrada de calurosos aplausos.

El final de esta trilogía de ensueño llega de la mano de The Monkeyness. Formando dos barreras inalterables con bajo, banjo y mandolina combatiendo en la línea de fuego y la trompeta cuidando la retaguardia, la monada riega el lugar con sus melodías folkie-country, y va metrallando su estilo 70s en cada arista. Su lista de canciones se sostiene en un ritmo musical constante, y la voz de Fede, que en este proyecto se apega al idioma sajón, es una escolta fiel que acompaña sin opacar. Canciones incluidas en su EP y otras hechas bajo el fiel registro de un celular, algunas que sólo tenemos la delicia de oírlas en versiones en vivo, así se va armando el monkey-combate, y antes de que llegue el final, nos dejan sacarle lustre al piso con una versión fantástica de “You´re the one that I want”, que hace las veces de fin.

La despedida final es una invitación que The Monkeyness hace extensiva a las bandas predecesoras, y con todos los músicos en escena, el Especial Folk se termina a todo trapo. Esta imagen de las 3 bandas se parece a la perfección, y aunque sea una ilusión, pide en clave secreta un “que se repita”.