miércoles, 28 de agosto de 2013

de acá para allá, de allá para acá - Del campo a la ciudad, Vincent Vega


del otro lado del río, algo suena mejor
de acá para allá, de allá para acá. esas transiciones, mejor acompañarlas con una canción
Del campo a la ciudad, Vincent Vega

martes, 27 de agosto de 2013

¡Qué viva la poesía!


Revivir por una noche ¡Qué viva la poesía! y que el regreso esté a cargo de la música. Suena a un plan perfecto. Puestas todas las expectativas en eso, es difícil no temer que la realidad no alcance. Pero no es esta la primera vez, y todo lo que sucede en Dadá este aturdido viernes de invierno supera a la ficción que mi mente armó. Grullas cuelgan del techo, analogía de la libertad que encierra el papel cuando la tinta lo alza en vuelo. Bajan la luz, y el lugar se vuelve intimidad. Y seguido pienso que de eso se puede tratar la poesía, traducir la intimidad y el día a día en un verso.

Arranca Walter Lezcano, y pasa de un poema a otro sin dar tregua, mientras el imaginario se destruye de a poco, y se congela el alma de la forma en la que cuenta la cotidianidad en prosa, cruda desde el reverso al verso. Leandro Gabilondo lee: “parece poesía, pero es tiempo”. No podría decir de sus textos nada que no esté contenido en sus propias líneas. Julia Gonzalez arranca con un himno, “No me anotes en tu lista de prensa”. Todos hits, como alguien que lee y rompe los estándares del ranking. Así es la poesía de Julia, un huracán que todo lo destruirá, y no es el único en esta noche.

El Conventillo Espacial ya despuntó los primeros acordes, la música libera. Sintetizadores, guitarras y loops. La energía va creciendo hasta volverse mantra, y baja del escenario a las mesas. El sonido viento-metal llega desde el fondo, sorpresa que hipnotiza las orejas. Experimental, íntimo y cercano. Así suena el trío que se entiende con mirarse, guiño del que sabe improvisar y comandar la ola de sensaciones que sus canciones van despertando. El tiempo vuela, el final llega. Y este espacio que se abrió camino calienta hasta que de nuevo llegue la primavera.

lunes, 26 de agosto de 2013

Casi Casi + Mozcu = ♥ ♪


parece que es lunes de nuevo, mi amigo!
VAMOOOO!


Tarde o Temprano - Los Perros Viejos en Bemol


La piba de la batería mira al guitarrista. Se ríen, cómplices, y justo ahí es cuando cruzo el telón que separa la helada noche de viernes del show intimista que están dando Los Perros Viejos en Bemol. Eso no es llegar tarde, es llegar justo. Se trata de otra presentación del grupo como tributo a Fito & Fitipaldis. El cuarteto suena suave, pero limpito y parejo. Rock íntimo y cercano, acaso no es eso lo que se propone Fito Cabrales con este proyecto.

Tocan la que yo elegí como hit, “Un buen castigo” y ahí mismo percibo cómo se escapa junto a las notas el potencial que encierra la banda. Pero esta noche están contenidos, adaptados a las condiciones de lugar y tiempo. Confío en esa versatilidad, sé que la próxima vamos a poder agitarla de parados y a viva voz gritar los estribillos.

En una mesa a la que me arrimo, tímida, escucho el paralelismo entre la voz que canta y la de Café Tacvba. Es que el acento de afuera siempre desconcierta. En lo que coincidimos, seguro, es en lo atinado del tono, la suavidad en la cadencia, la fidelidad a la versión original sin por ello perder la marca personal.

Un puñado de canciones que reúnen ritmo, melodía y actitud rockera. Un guiño nostálgico en la lírica de las letras, una mirada cómplice al universo del rock, pero hecha de frescura y presente. Pedimos bis, pero nos dejan con las ganas. Y ahí reside el secreto: ya estamos dispuestos para el próximo reci, esperando que llegue antes de que cuente diez. 

domingo, 25 de agosto de 2013

Desde mi PIEL - Alvy Singer Big Band en la Siranush



Camino a la Sala Siranush, con el entusiasmo de asistir a la presentación en vivo de “Intimidad con Extraños”, quinto disco de estudio de Alvy Singer Big Band, me asaltó el recuerdo de un pequeño show que dio la banda hará cosa de dos años atrás en la casa de Jano Seitún, la persona real que robó el nombre al personaje de Woody Allen.

El frío arremete, pero tararear las canciones que están por sonar sirve como antídoto para combatir el invierno, que se plantó firme en la ciudad en esta noche de viernes. Cruzar la puerta y encontrarme con una sala llena me emocionó. Me emocionó también la solemnidad de una sala de teatro. De la intimidad del living de su casa a esta certera intimidad con extraños. Late en mí el presentimiento de un recital cautelosamente organizado.

Los primeros acordes de “Insectos” suenan atrás del telón, que enseguida se abre y devela a los siete músicos vestidos de lujo, para la ocasión. Se extraña ver arriba del escenario la vivacidad de Carla Branchini, su risa desfachatada, esos ojos de cielo y su destreza en el saxo barítono. Pero se siente su presencia, sin dudas. “Fatal”,  “He venido a decirte”, “El reloj”. Algunas viejas y otras editadas en este disco pero que venían acompañando las presentaciones en vivo desde hace larga data. Las canciones discurren con ritmo y movimiento, invitan a dejarse llevar, flotando en el espacio, sacando el alma a pasear y al corazón contento.

Puede un hombre elegir mejor compañía que la de Lu Martinez en el bajo y Kinky en la trompeta. Lo dudo. Aquiles Cristiani comanda desde un rincón. Invitados se suman a la fiesta, Nacho Roriguez, Facundo Flores, Julieta Sabanes y hasta Gloria Carrá, en su debut cancionero. La batería al mando de Fran Sardella le da ritmo a la cosa, la magia de Juan Kiss en la eléctrica es sello indiscutible, el maestro Mariano Gianni en piano y acordeón es un lujo y el clarinete a cargo de Cristian Terán es puro swing.

Jano va intercalando algunas anécdotas, pequeñas historias adosadas a las canciones, a la historia de la banda. Se le escapa la emoción, imposible contenerla. Y se contagia. El show es a puro ritmo, porque el disco así lo es. Swing, vals, esa cumbia contagiosa en “Mi amor es así”, y algo de balada romántica para enamorarse y vibrar. El sonido de la sala es exquisito, cada instrumento se luce y se disfruta a pleno.

Alvy no pierde la frescura. La Big Band, menos aún. Camaradería, diversión y profesionalismo. La cuota justa de cada cosa, la emoción a flor de piel. Imposible no aplaudir hasta que las palmas quedan coloradas. Aplaudir el show, que fue impecable. Aplaudir el disco, que da cuenta del crecimiento de la banda. Aplaudir la grandeza de un conjunto que no pierde la cabeza en la prosecución de la fama, sino que se centra en seguir avanzando, con el desarrollo musical como norte. Del living a la sala de teatro, que la intimidad se extienda y seamos más los extraños que nos sentimos a gusto, murmurando canciones con labios de tormenta. 

lunes, 19 de agosto de 2013

Casi Casi de feriado


paseaste, almorzaste en familia, dormiste la siesta, estás presto para el final del fin de semana

no te vayas a olvidar de sintonizar www.radiotrash.com.ar a las 21hs que llega otra emisión de luxe de los Casi Casi, ese programa de radio que le da sentido a tu Lunes! ♥ + ♪


polvo que el viento no lleva... ¡qué se lo lleve una canción! - Esa tristeza, Eduardo Mateo


Lupe piensa que esas canciones que cruzan el río
llegaron para salvarla

polvo que el viento no lleva...
¡qué se lo lleve una canción!