La noche de sábado está templada y amena. Muy parecida a “Cursi”, entonces. La luna reluce plateada, como si alguna celebración estuviera sucediéndose en su honor. Ivana Berenstein presenta EP y festeja su cumpleaños, todo en el mismo evento. La cita es después de la medianoche en Café Vinilo, y el escenario está preparado para recibirla como se merece. Hay corazones rojos colgando, peluches en cada pie de mic, luces tenues para el clima intimista y amigos y seguidores prestos a recibir a la cantautora y a Los Lunares.
Estamos
invitados a asistir al festejo, a aplaudir sus canciones que son pequeños
universos, a disfrutar de la intensidad de su voz y de la suavidad de sus
melodías. Su prestancia nos hace sentirnos parte, su contagiosa alegría nos
llega. Conduce el show con gracia, pero nada le quita el foco a ese puñado de canciones
que comparte de la manera más briosa. La lista va y viene entre el EP de
presentación, “No te duermas”, “El hombre
caja”, y algún tema inédito que se amalgama a la perfección.
Hay algo de barrera quebrada entre el escenario
y las mesas que le da calidez al show. Los amigos invitados se suman para
compartir el talento y las canciones, las intervenciones en “Protector en la
espalda” agregan todavía más frescura al recital y la sala se transforma en ese
mundo-Ivana donde todo es florido e intenso, donde el amor al panadero del
barrio es tan cierto como andar miles de kilómetros hacia lo desconocido o
bailar una danza de mosquitos.
Los Lunares la acompañan desplegando un profesionalismo que arranca aplausos. La batería de Fran Sardella está en cada detalle, Nicolás
Nielsen tira magia a 6 cuerdas y el maestro Esteban Tereschuk mueve hilos
invisibles desde el bajo. Ivana rasguea su criolla de la forma más grácil, su
correa rosa de peluche es de nuevo una invitación a juegar su juego, a vivir
ese cosmos paralelo.
Como Alicia en su país, ella abre pequeñas puertas y
regala en cada canción una llave para abrirlas y descubrirla, una pista para
descifrarla. Quizás de eso se trate “Cursi”,
una muestra más de ese universo musical que es exploración y misterio, donde la
diversión es pauta y la melodía camino.
Estuve en esa magica noche, degusté un racimo desbordante de creatividad.
ResponderEliminarVictor