Un
domingo, la primavera llega y todo es hermoso. Y el día se transforma en un
milagro verde con alas y la noche te depara vibraciones en do re mi fa la la
la. El Matienzo tiene todavía ese olorcito a nuevo, las paredes impolutas, la
humedad fresca de las obras recién terminadas, el entusiasmo por el estreno.
Estás
inaugurando y redescubriendo, y cerca de las 22.30hs Juega el Loco sube al escenario. Cautiva la majestuosidad del
vibrafón, en el largo y ancho espacio que ocupa, el contrabajo futurista, el
ukelele eléctrico. Canciones intensas y breves que van sucediéndose como
escalones, ganando fuerza en cada paso. Hay algo de oscuridad en su sonido, algo
que se siente fantasmal. ¿Será la voz seca de Sato? Lo que sea, seduce y deja
los sentidos abiertos para lo que está por venir.
Eric Mandarina ameniza el entretiempo. ¿Qué le
pasará por la cabeza a esta hermosa criatura, qué lo inspirará, qué será lo que
lo vuelve tan creativo? La velocidad de los dedos apretando las cuerdas de la
criolla marea, y lo que dice, y cómo lo dice, y todos esos sonidos que le salen
de todos lados. Un aire fresco y nuevo, un cachetazo tierno que despabila. Un
loco lindo, creando un universo paralelo.
Eso Que Pensabas despunta con “Sueño con tu voz”, y
me sorprende gratamente lo bien que suena, lo equilibrado de cada uno de sus
instrumentos y la armonía entre la música y las voces. Tienen la energía y la
precisión de una bomba, de esas que entraron en cuenta regresiva y en cualquier
momento estalla. Las vibraciones van subiendo y bajando, y con el correr de las
canciones la banda construye un ambiente dotado de alegría. Seguro es porque traen
entre las notas arena y sol charrúa en su nacimiento. Repasan su primer disco,
y es contagioso el movimiento de la cabeza. Balanceándome en una hamaca, esa es
la sensación que dejan los temas cuando se van. Pero enseguida llega la
siguiente, y es de nuevo un abrazo fraterno de acordes suaves. El sonido es
impecable, acompaña el coro femenino con una dulzura encantadora. Presentan
canciones nuevas, que van en la misma dirección que las de su placa homónima. La
noche va tomando forma de final, “Liviano” e “Irme a navegar” nos despiden, y
con aplausos sentidos la banda baja del escenario y como sucede casi todas las
noches en la ciudad, un recital hermoso culmina.
Antes
de que sea demasiado tarde para que el lunes pese, todo termina. Tres shows que
colmaron las expectativas y un lugar inmenso por descubrir. Eso Que Pensabas
está creciendo, esa bomba a la que le quitaron el seguro.
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