Cuando
la primavera se retoba, hay que salir a buscar el sol donde sea que esté
atrapado. En una casona hermosa, renovada y gigante en la calle Pringles, en
una canción que habla de un verano transparente, en algún poema ramonero, en la
música que sale de una guitarra persiguiendo un poema, en un proyecto infinito.
Y puede pasar que te metas en el nuevo Matienzo y MPMP traiga todo eso junto, en
un orden celestial que colme el lugar de luz y energía. Y entonces, conquistar
el mundo te parece cosa de todos los días porque el lugar está repleto de
poetas que lo hacen con sus textos, y los recitan y a vos te tiembla el
corazón, y eso te recuerda que estás vivo y no podés contener las ganas de
decir a viva voz ¡aguante todo! Tu mayor deseo esta noche es que, por supuesto,
todos los jóvenes de Argentina se enlisten en las filas de las palabras
sentidas y que por fin haya más poesía y menos, mucha menos, policía.
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