*foto gentileza de Natalia Tarullo Fotografía
Como
cuando se abren las compuertas y los cautivos recuperan su libertad, con los
cachetes rojos y el corazón gigante salimos a la calle a tomar aire y el bondi
de vuelta a casa. Es jueves, bueno, al menos lo era cuando entré acá. Aunque la
sensación sea de sábado. Camino las cuadras que separan al CAFF de Corrientes,
y en una bocacalle pesco de oído una conversación entre ajenos que se repite
igual que la última vez que fui a ver un show de Las Taradas. Uno le dice a
otros que la chica de la guitarra tocó zarpado, y casi no habló, que es una
genia. Están hablando de Lucía de Paco, la virtuosísima guitarrista que encarna
Lucy Patané. Claro que lo que Lucy hace con las cuerdas es cuanto menos para
sacarse el sombrero y aplaudir hasta que duela. Pero ninguna tarada se queda
atrás.
En
una equitativa medialuna, cada artista da lo suyo, y el equilibrio que se
genera en el septeto es admirable. Calidad musical de la ostia. El contrabajo,
en los dedos de Encarnación de Los Males (Lu Martínez), marca el ritmo constante,
pero la prestancia es sin dudas el resultado del verdadero trabajo en equipo.
Las Taradas saben lo que hacen, saben hacerlo de manera majestuosa, pero lo que
más saben es divertirse. Y ese es el puente por el que canalizan su recital.
Voy
rebobinando mentalmente, y trato de pensar en qué andábamos antes de que se
arme un caluroso baile adelante del escenario, de que Las Taradas y los tarados
de su vida saluden todos juntos, antes de que Pángaro soliloquee como suele
hacerlo, antes de que se ceben tocando unas cumbitas y yo sienta que el cielo está en una canción bien
interpretada, antes de que Lucio Mantel y Maricarmen Montenegro (Melisa Muñiz)
canten a dúo y viajen en el tiempo, antes de que el maestro Mariano Gianni tire
magia en el piano, antes de que Juan Pablo de Mendoza coopere para que el
sonido estalle y Daniel Mayor no se quede atrás. Antes de todo eso, el CAFF
está que estalla, la noche calurosa y estrellada, la cerveza agotada y la
promesa de un reci inolvidable todavía no se cumplió.
*foto gentileza de Natalia Tarullo Fotografía
Que linda reseña Lupe, muchas gracias!
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