miércoles, 9 de abril de 2014

Lupe (Del lat. lujā, -éh!).


Lupe (Del lat. lujā, -éh!).: 

1. m. Chapoteando todo el día en la pileta de la fantasía 

loc. adv. coloq. Como caminar sobre fluido no newtoniano





















En este jardín donde todas las mandarinas son verdes
entendí que hay cosas que no van a nacer en esta temporada
la pesadilla fue tan parecida a vos, que no pude dejar de temblar
hasta que la hora rosa por fin arrasó con todo
mi biografía tiene a Punta Lara y Roque Perez en hojas separadas
pero los bancos de plaza están todos amontonados en el mismo lugar
voy a llenar el otoño de Palo Santo para que aprenda
y voy a agarrarme los dedos con la puerta para aprender yo también
las malas palabras son todas las que no nos dejan despegar
me agradecés un Niño que no te voy a dar
estás tan fuera de lugar que no hay persona que sea tu casa
lo efímero es soledad, y gusta (y acompaña)
por eso te dije: no toqués timbre si no sabés rajar

autobombo - Ay, ay vidita - Ay, Juanita



autobombo

domingo, 6 de abril de 2014

sábado, 5 de abril de 2014

todo podemos!


todo podemos!!

fecha compartida: Amor Elefante + Guazuncho

Lupe no podría pedir más!

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viernes, 4 de abril de 2014

diversión orbital de viernes por la noche



la cosa viene doble:
1. VIERNES DE SUPER ACCION, FOLKLOR PURO Y DURO CON LOS TABALEROS... VAMOOOOOOOOO!

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2. Cosmo, su diversión y frescura + La Pandilla del Verano, su delirio orbital, su disco inconmensurable

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country-folk en La Casa



Afuera se agitaba la tormenta, pero en La Casa todo es calidez. Lo que hay después de la escalera es muy parecido a esa sensación que deja el olor a una Exquisita recién salida del horno. Esa familiaridad aún en los lugares nuevos. En exclusiva primera fila, en una mesa franco-tabalera, puedo ver hasta el más minúsculo movimiento de Los Monkeyness, mientras Fede Petro se acomoda y Lindsay Garfield prueba el mic. Son muchos, tantos que hay prestar atención para no perderse a ninguno. Pero como en un tablero de ajedrez, queda cada uno en su lugar y ahí apretaditos se los ve muy bien, y se los escucha mejor.

La voz del auténtico folk, nada de complejidades para definir a Lindsay Garfield. Los Monkeyness acompañan de la manera más justa, sonando impecables. Fede Petro hace lo suyo, y al mismo tiempo hace las veces de anfitrión. Inauguran la velada las canciones de Paige and the Thousand, y el público se va acondicionando. El clima está creado, algo de Nueva York y de San Francisco se instala en Palermo por un rato. El repertorio es pertinente, la voz es un hechizo, y en la carpeta de country-folk entra el nombre de Lindsay sin mediar cuestionamientos.

La Monada es una masa. Sus canciones country se prolongan en la misma sintonía, y la armonía de su sonido los hace un verdadero encanto. El violín y la mandolina son un poco las estrellas, aunque quisiera decir que casi al borde del improvisado escenario, la slide es un lujo. Se divierten, y eso se contagia. Por eso pedimos una más, y ellos gustosos tocan las que tenían bajo la manga. La despedida va a tono con el show, y se van con un cover de Lay down Sally, hit country de todos los tiempos. Cierre perfecto para una fecha folkie que supo estar a la altura de las expectativas, que nunca son pocas, y que facilitó la bravura suficiente para hacerle frente a la lluvia que furiosa golpea la ciudad de la furia.

jueves, 3 de abril de 2014

Sonido de otoño - Lucy & Marina en Ladran Sancho


La tercera vez cruzando la misma avenida entendí que la mística de esa noche estaba despuntando. Entre las cúpulas sobre Yrigoyen vi una luna tan redonda y amarrilla que seguro incumplí las estrictas órdenes de abstenerme de movimientos bruscos. Estuve egoísta y entre el casco y el flequillo, me guardé esa foto mental para mí sola.  

Pero antes de entrar a Ladran Sancho hay encuentros que obligan a aceptar la causalidad. Los hijos de los hombres son fieras, o era al revés? Lo mismo da, ese patio que es un pasillo del paraíso está completito. En los rincones hay desparramadas heroínas de carne y hueso, se mezclan entre la gente como si el talento fuera cosa de todos los seres. Seguro los saludos estuvieron de más, pero me gusta coquetear con el coraje de cuando en vez.

El show arranca, Lucy Patané & Marina Fages lo ocupan todo. No ellas, sino su talento que es enorme y se pasea de un instrumento a otro con tanta naturalidad que me cuesta no quedar perpleja, aunque ya debería haberme acostumbrado a la maravilla que es “El Poder Oculto”. Ese disco que me abstengo de clasificar, porque las palabras le quedan chiquitas.

Mundos, como estrellas girando alrededor de un agujero negro. A punto de desintegrarse, pero todavía firmes. Misteriosas, difíciles de explicar, de entender, pero que no reparan en asombro. Cada canción es un aro de Saturno, orbitando a su propio ritmo pero en armonía con el todo. Presentan canciones nuevas, que van en la misma línea. Lucy en el piano, una postal memorable de la noche. Marina con su coreo y el trofeo, haciendo sonidos con sus palmas y el piso. Reversiones de temas de El Tronador que están por superar a las originales.

Un reci sensorial, porque a eso lleva el sonido del dúo. Como cerrar los ojos y sentir que una mano te roza apenas. Una sensación familiar que al mismo tiempo es sorpresa, y que siempre queremos que se repita. Parece que en abril se repiten las Siestas Botánicas. Habrá que estar alerta e ir a buscar el lo-fi experimental de estas jugadoras de primera.

miércoles, 2 de abril de 2014

La Familia de Ukeleles en el Planetario



Esta tarde no hubo fuerza en los rayos y yo pensé que esa es la manera en la que el astro nos exhorta por vivir tan (pero tan) lejos de la paz. Sin embargo, La Familia de Ukeleles convocó a un encuentro vespertino en el Planetario y la mística que se generó me dio esperanzas. Acústicos como es su costumbre, pero sin paredes que pudieran contener sus canciones, los músicos llevaron su sonido al amparo de los árboles del Parque 3 de Febrero.

Acoplando sus canciones al ruido ambiente de palomas volando, aviones cruzando y gansos de tránsito, la pequeña orquesta contagió su alegría a la par que volvió a deslumbrar a quienes desde las lonas extendidas sobre el pasto aplaudían el sonido de la guitarra resofónica de Diego Pozzi, la encantadora voz de Melisa Muñiz, el amparador contrabajo en los dedos de Damian Manfredi, la creativa percusión de Fideo Capdeville, la destreza en las cuerdas de Adrián Capresi y la vivacidad sonora de Matías Martinelli.

Tocaban las canciones de siempre, que finalmente encontraron hogar en el primer disco de estudio de esta maravillosa banda. Todo venía bien, sonando lindo, oleadas de energía que iba y venía. Pero algo inesperado me quitó el aliento: de repente, del público emergieron muchísimos ukes que se unieron armoniosos. Una sensación de alegría abrumadora abrazó el encuentro. Compartir, invitar, unir, trascender.

Seguramente de esto se trataba ese flashmob que desde las redes agitaron. Y de todas las cosas maravillosas que los vi hacer en este tiempo, ésta está entre las más lindas y vívidas. Que la creatividad les valga, y las ganas de compartir e incluir. Ese mágico momento donde borran las diferencias público-artista para compartir lo que son. Me llevo eso, que me devolvió lo que pensé perdido. 

conmemorar


conmemorar 

juntos, en vivo!, y en el Quetzal

https://www.facebook.com/events/646806525357083/?ref=2&ref_dashboard_filter=upcoming

martes, 1 de abril de 2014

el futuro ya llegó - Tumbas, Botis



Tuve una visión del futuro

y te vi

dormido entre falsas crines rubias
criando cachorros para nada tuyos
atendiendo asuntos domésticos
de un lugar que no es tu casa

y te sentí


extrañándome